Mi pollo,
comúnmente,
pusilánime y contrito,
alzó la frente
presintiendo a tu gatito
y así en alegre grito
pregonador de guerra
te puse en cuatro patas
como perra.
Y lanzando mi reto al horizonte
me fui contra tu cuerpo
como un rinoceronte
como un toro...
aja, aja, aja,
burlabas mi pescuezo de jirafa.
Mas hallándome tu centro de oro
chillaste enloquecida
como loro.
Tirabas de mordidas,
de coces y zarpazos.
tu furia en verdad era
de auténtica pantera
entre mis brazos.
Y en medio de esta música animal
aleteaste en mi última embestida,
no pude aguantarme la estampida
y todo salió mal.
lunes, 15 de junio de 2009
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