Ella
El
amor te invadió como un virus. Como si aquella noche fría, al
despedirte, anduviera flotando en el ambiente. Y en el cálido
encuentro de las manos o en la saliva del beso que de la mejilla
resbaló hacia la boca, hubiera penetrado directamente en tu torrente
sanguíneo.
Salías
por tercera vez con Paco. Te habían advertido que era tremendo.
Nunca hablaba en serio y cambiaba de pareja como de calcetines.
Siempre tuviste reticencias para sus invitaciones. Por principio
rechazabas a tus alumnos. No te gustaba que las demás maestras
murmuraran a tus espaldas. ¿Entonces por qué hiciste una excepción
con Francisco Téllez?