La tarde del miércoles 3 de octubre de 1849, un hombre de 40 años, de complexión delgada, cabello revuelto, tez cerúlea y demacrada, vestido con un sombrero de paja, camisa sucia de talla mayor a la suya y zapatos agujerados, se encuentra delirando bajo la lluvia, frente al Salón del Artillero, en Baltimore, Maryland, en donde ha bebido hasta llegar a una “intoxicación bestial”, de acuerdo con la opinión del doctor Joseph E. Snodgrass.
Aquel caballero de ojos vacíos y sin brillo, es conducido de inmediato al hospital de la Universidad de Washington, donde permanece cuatro días alternando estados de lucidez con alucinaciones en las que habla de su esposa muerta dos años antes. Finalmente, el domingo 7 de octubre de 1849, a las cinco de la mañana, Edgar Allan Poe muere pronunciando estas palabras: “Señor, ayuda a mi pobre alma”.