lunes, 8 de agosto de 2022
Un huracán llamado Pita*
No es la primera vez que entran al Leda en la colonia Doctores, ya han venido
otras noches en busca de aventuras a este “antro pintoresco y auténtico” que
huele a sobaco y a tequila, según palabras de Luis Cardoza y Aragón. Aunque se
encuentra retirado de la órbita de sitios elegantes que frecuentan
−Ambassadeurs, Ciro´s, Sans Souci− la pintora María Izquierdo se ha encargado de
popularizarlo entre intelectuales y artistas, incluso ha pintado murales en el
interior. En el centro se puede ver a la infiel Leda desnuda prodigando caricias
en el cuello enhiesto de un cisne blanco de alas desplegadas. Casi en la puerta
de este infierno lila los recibe el gerente Luis Aguado, a quien apodan El
Príncipe por los trajes chillantes que usa y por la ostentación de sus anillos y
esclavas de oro que demuestran un gusto rastacuero. El lugar es hervidero de
personas que fuman y hablan a gritos.
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