Porque soy la palabra inconclusa, la frase que no alcanza su sentido, los tres puntos suspensivos y el silencio.
Hace mucho perdí mi sombra en una calle que va a ninguna parte (siempre me gustaron más los callejones que las avenidas).
Aunque a mis espaldas me digan inepto, lambiscón y borrego, tú puedes llamarme licenciado.
Porque mi corazón es una lata vacía de sorpresas.
domingo, 6 de diciembre de 2009
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