jueves, 15 de diciembre de 2022

Diez años de voluntad y versos*


De ser un oficio, la escritura se ha convertido en una profesión que se estudia en las universidades para producir textos que se venden en un mercado global, cada vez más de manera digital o en audiolibro, y cada vez menos en su presentación física en papel. El escritor se ha transformado en una especie de intelectual o payaso que tiene el deber de entretener a las audiencias y ganar lectores con libros cuyo perfil, tema y estilo se diseñan en las agencias de marketing. Hemos llegado al tiempo de los escritores sin espíritu y de los libros sin alma que abundan en recetas positivas para aprender a sonreírle a un mundo que se cae a pedazos.

A pesar de estos avances, aún existen los talleres literarios, que son la reminiscencia de una época en que se consideraba a la escritura como un oficio, una obra de artistas o artesanos, y al taller como un espacio donde los maestros instruían a los aprendices en la creación de objetos únicos, alephs o piedras filosofales que mostraban el mundo en su inmensa belleza o en su absurda desgracia.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Metáforas marinas



Tanto que me caga esa rola y ya van dos veces que la ponen. Primero en la rockola de este antro y luego hasta en video. La cantan dos fresonas. Su musiquita me cae en las meras bolas. La escuché por primera vez en las mesas largas de La Villa de Sarria.

“No recuerdo lo que hice
de eso que te dicen.
No pasó.
No pasó.

Y que te monté los cuernos
de eso no me acuerdo.
No pasó.
No pasó.”

martes, 13 de diciembre de 2022

El fuego secreto de la uva


Decía el dramaturgo Ben Jonson (Londres, Inglaterra, 1572-1637), acérrimo rival de Shakespeare, que la única manera de pagarle a un poeta era con vino. Tal vez por la lucidez de esa exigencia fue que el rey Carlos I (rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, de 1625 a 1649) incluyó en la pensión anual de Jonson un "tierce" (antigua medida inglesa) que equivalía a 159 litros de vino.