domingo, 6 de julio de 2014

Desde las puertas de la Sorpresa VII



Una torre con vocación de vuelo

En 1946 la compañía de seguros La Latinoamericana consigue el permiso para construir un rascacielos en las calles de Madero y San Juan de Letrán, en terrenos que pertenecieron al antiguo convento de San Francisco. En el mismo sitio en que Moctezuma tenía su casa de aves, se empieza a levantar dos años después, en 1949, lo que sería el emblema de la moderna Ciudad de México: la Torre Latinoamericana.

En la historia de Francisco Javier Clavijero se dice que Moctezuma tenía dos zoológicos en Tenochtitlán: “uno para aves que no son de rapiña, y otro para las de esta clase”. Añade el jesuita que “trescientos hombres estaban empleados solamente en el cuidado de las aves, fuera de sus médicos que observaban sus enfermedades y les aplicaban los remedios oportunos. De aquellos trescientos, unos proporcionaban comida, otros la distribuían, otros cuidaban de los huevos y del empollamiento, y otros, finalmente, desplumaban en cierta estación a las aves, pues a más del placer que el rey tenía en ver tanta multitud de animales, se tenía principalmente cuidado de las plumas”.