Una torre con vocación de vuelo
En 1946 la compañía de
seguros La Latinoamericana consigue el permiso para construir un rascacielos en
las calles de Madero y San Juan de Letrán, en
terrenos que pertenecieron al antiguo convento de San Francisco. En el mismo
sitio en que Moctezuma tenía su casa de aves, se empieza a levantar dos años
después, en 1949, lo que sería el emblema de la moderna Ciudad de México: la
Torre Latinoamericana.
En la historia de Francisco Javier Clavijero se dice
que Moctezuma tenía dos zoológicos en Tenochtitlán: “uno para aves que no son
de rapiña, y otro para las de esta clase”. Añade el jesuita que “trescientos
hombres estaban empleados solamente en el cuidado de las aves, fuera de sus médicos
que observaban sus enfermedades y les aplicaban los remedios oportunos. De
aquellos trescientos, unos proporcionaban comida, otros la distribuían, otros
cuidaban de los huevos y del empollamiento, y otros, finalmente, desplumaban en
cierta estación a las aves, pues a más del placer que el rey tenía en ver tanta
multitud de animales, se tenía principalmente cuidado de las plumas”.