Una calle con historias
El
viernes 14 de agosto de 1896, en el entresuelo de la droguería Plateros,
situada en el número 9, se hace la primera exhibición pública del Cinematógrafo Lumière. Los reporteros, los
científicos y uno que otro colado ven pasar ante sus ojos las famosas “vistas”
que los camarógrafos de la Lumière
tomaron en París, como la Llegada de un
tren o La comida de un niño, pero
sin duda causan mayor impresión las que se habían filmado en la ciudad de México.
Así las Escenas en los baños Pane y
la Escena en el Canal de la Viga son
las primeras en la historia del cine en que aparece retratado el pueblo
mexicano. Aunque para unos causan admiración, otros solamente ven en estas
luces y sombras en movimiento parte de la rutina de la capital con demasiados
“encamisados y tantos sucios”. Ya la próxima revolución se encargará de aportar
el tono épico a los inicios del Séptimo Arte.