¿Quién que es bebedor no ha sufrido un apañón? Y me refiero con este término, que en alguna de sus acepciones de diccionario significa “adueñarse o hurtar”, no a un asalto común, sino a un desafortunado encuentro con los representantes de la ley, sobre todo al salir del templo etílico y ya con el espíritu iluminado por los fogonazos del trago.De acuerdo a la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México sólo es sujeto de infracción quien ingiera bebidas alcohólicas en lugares públicos no autorizados o en la calle, y quien maneje en estado inconveniente; en cambio, no amerita ninguna sanción aquel que con moderada euforia etílica camina por las calles sin alterar el orden ni la convivencia social.
















