Imprevisto
como un borracho
que duerme a la intemperie
así me encuentra el alba
entre mierdas de perro
y alegres moscas verdes.
Sin embargo no quiero
cantarle a la desdicha
ni a los amores tiernos
que se pudren imberbes.
Tampoco al río de pasos
en que un hombre se ahoga
camino del trabajo.
Sé que me disputan
la risa y el averno
pero habita mi pecho
el fantasma del tiempo.
Desolada y marchita
palpita mi carroña
en busca de algún buitre
que al fin se anime a expiarla.
Más
cocido
que
crudo
Perdido entre los callejones del recuerdo
Me asalta AQUÍ
el POEMA.
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