Prólogo
Toda vida, por oscura que sea, encierra un secreto, un dolor y una hazaña. Si pudiéramos ver a las personas como dicen que las ve el Creador seguramente entenderíamos el valor que cada vida humana encierra. Tal vez mediante el arte sea posible dar sentido e integrar los hechos dispersos y contradictorios que conforman la existencia, hacer un perfil aproximado, el retrato en claroscuros en que un individuo pueda reconocer su verdadero rostro. Eso sin duda intenta la escritura en la novela, en la biografía, en la crónica. Como dice Nadine Gordimer “Creo que eso es escribir, eso es pintar. Es buscar una hebra de orden y de lógica en el desorden, y en el increíble desperdicio y el carácter maravillosamente disipado de la vida.”
En este libro, María Teresa Pérez Cruz intenta, persiste y logra un retrato integral de los hechos, accidentes y acaecidos que le han dejado una huella profunda. De Miami a mí misma es una serie de cinco crónicas autobiográficas que se articulan para dar sentido al retrato de un personaje sensible y verdadero. Un texto ligero y agridulce que lleva a los lectores de los chispazos del humor a las luces de la reflexión, pero que también puede ser leído como una building roman (novela de construcción) que narra la vida de una niña de la colonia La Aurora en Neza que pasa por la universidad y acaba en Miami de niñera, de las experiencias amargas y dichosas que van construyendo a una persona.
Dice Octavio Paz que la madera verde no arde, es decir que las experiencias recientes difícilmente sirven de combustible al fuego de la literatura. Sin embargo, la autora De Miami a mí misma, demuestra una gran solvencia narrativa para ir trazando el tono de cada una de sus crónicas y los conflictos que cada edad le presenta. Habla de sí misma sin ambages y sopesando el valor de cada experiencia.
Regresa con humor a la infancia a-dorada, desmitificando sus recuerdos pero a la vez confrontando a su propia niña-interior, la que pese a las desilusiones y los quebrantos gozó y sobrevivió a un tiempo de aventuras y desventuras:
“Sobre el pesebre encontré mi carta. No la habían recogido, ¿cómo sabían lo que pedí? Mamá me dijo que ustedes todo lo sabían; entonces, ¿por qué no trajeron mi hermosa Bimex? Lloré hasta cansarme, ¡pinches Reyes de mierda! Ni son ricos, ni todopoderosos y lo peor, no saben leer, por eso no se llevaron mi carta. ¿De qué otra manera se explica?”
Reflexiona sobre su origen, sobre el peso y el valor de la familia que es su nido y su centro, pero que en ocasiones también es un lastre difícil de sobrellevar:
“'En el nombre llevas la penitencia', me dijo alguna vez mi madre, quien por experiencia propia aseguraba que las teresas sufrían mucho a lo largo de su vida. 'Para empezar, tu nombre empieza con ‘T’, que simboliza la cruz del martirio de Jesús, y llevas el nombre de la santa (Teresa de Jesús) que padeció tremendas enfermedades mientras vivió. Claro, lo que no se te da es la humildad y la religiosidad.' Siempre que ella repetía esta sentencia, me horrorizaba, pues, en efecto, mi vida no ha sido miel sobre hojuelas y tampoco he tenido madera de mártir; más bien me han considerado una rebelde sin causa.'”
Asimismo se encara a sus verdades más esenciales y no teme nombrarlas. Se mira desnuda en el espejo de la palabra para mostrar las cicatrices en que se ha escrito el dolor que ha sabido integrar a su existencia:
“Mi piel era el papel sobre el cual se trazaron los caminos recorridos: los del cáncer, la obesidad, el By Pass, los excesos y la edad. La devastación es notoria y la reconstrucción se vuelve necesaria. A la fecha me han realizado dos cirugías reconstructivas, una media abdominoplastía y una cruroplastía, que en castellano se refieren a estirar y cortar la piel sobrante en abdomen y muslos. La experiencia es dolorosa, pero los resultados sorprendentes.”
Con este libro, María Teresa Pérez Cruz confirma el poder generativo de la palabra, como alguna vez dijo Silvia Plath: “Tal vez un día llegaré a casa a rastras, abatida, derrotada, pero no mientras mi corazón pueda crear relatos y mi dolor, belleza”. Y por último una recomendación sincera: realmente vale la pena leer estas páginas tan llenas de gestos y sonrisas, de soledad y apretujones, tan cargadas de lo que verdaderamente significa vivir.
Jorge Arturo Borja,
Ciudad de México,
Octubre de 2023.
Prólogo del libro de crónicas De Miami a mí misma, de María Teresa Pérez Cruz
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