martes, 24 de enero de 2023

CUENTOS PARA LOS NUEVOS TIEMPOS*


Hay quienes repiten que el mundo siempre gira sobre su propio eje y que la vida sigue su indefectible curso hacia la muerte. Sin embargo, los nacidos a mediados del siglo anterior podemos atestiguar cómo todo cambia y nunca para seguir igual. No solamente en la ciencia que ha constatado cómo en los últimos mil años se ha venido moviendo el eje de la Tierra, sino también en el mundo de las ideas, del pensamiento, de la ideología, pues.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hemos vivido tres épocas distintas: la Guerra Fría donde existía un mundo bipolar en que capitalistas y comunistas vivieron enfrentado sus modelos de producción por poco más de cuatro décadas. Con el derrumbe del muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética a fines de los ochenta, asistimos con estupor al entronizamiento del neoliberalismo como disciplina social, al inicio de la globalización comercial que se originó con el desarrollo tecnológico y a la coronación del corporativismo universal que proclamó el fin de la historia para legitimar el saqueo intensivo de los recursos naturales a favor de los grupos de poder económico y sus personeros políticos. Poco más de treinta años de un curso intensivo y constante de imbecilización colectiva. Tuvo que llegar una pandemia, quién sabe si surgida de los laboratorios militares o de las entrañas de la Tierra ofendida, para hacernos saber que la cooperación internacional dependía del mercado y que las antiguas rencillas entre las naciones se habían exacerbado en la guerra comercial. La vieja política otra vez se convertía en una nueva guerra.

Ya escuchamos la marcha de los nuevos tiempos. No solamente la de los poderosos que se enfrentan entre ellos, sino también la de los pueblos que se organizan. Las mujeres y los hombres que se rebelan en la casa, en el trabajo, en las costumbres, en la acción política, porque la vida profunda les revela al oído que viene el tiempo del cambio y hay que vivirlo sin reservas. Como en las épocas pasadas, el arte en general y la literatura en particular, sienten este estremecimiento, esta convulsión, este trágico alumbramiento y lo convierten en expresión de su angustia pero también de su esperanza; como dicen los versos de Neruda:

“Ellos,
los poetas
del pueblo,
con guitarra harapienta y ojos conocedores
de la vida,
sostuvieron
en su canto
una rosa
y la mostraron en los callejones
para que se supiera que la vida
no será siempre triste.”

(“Oda a los poetas populares”; Odas elementales, 1954; Pablo Neruda).

Camarada Pedro y otros cuentos subversivos está teñido de esta expresión viva, inmerso en la confrontación de ideas que se da en la arena del discurso, pero no lo hace desde la argumentación y el ensayo, sino a la manera del cuento, de la narración que vence y convence con ejemplos, que muestra la realidad a trasluz porque su misión no es retratarla, sino registrar los mecanismos del pensamiento, del sentimiento y de la acción humana que la transforman.

El autor de estos cuentos, Ramón Ojeda, convertido en su heterónimo Genaro Gómez, es sociólogo de profesión, platero por herencia, monero por convicción, bibliófilo por vicio, maestro de los albures por deporte e implacable humorista. En este libro se ha dado a la tarea de escribir una docena de historias que horada en la grieta de la paradoja para mostrar las convenciones y el sin sentido de una ideología que viene del poder y que repiten los loros de los medios de comunicación; historias que nos muestran el debate entre los que creen saberlo todo desde la falsa seguridad que da el dinero y los que supuestamente no saben nada, pero que aconsejados por la astucia hacen valer su condición. Cuentos que narran las breves epifanías de distintos personajes ante situaciones que los colocan entre la espada y la pared; los chispazos que surgen entre maneras de pensar absolutamente encontradas, que a veces se convierten en luces para la conciencia.

Los temas del camarada Pedro se encuentran lejos del falso melodrama y cerca de la lúcida pureza que evoca Manuel Scorza:

“Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
El rumor de un pueblo que
despierta,
¡Es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su
cólera,
¡Es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre,
¡Es más puro que el diamante!”

(“Epístola a los poetas que vendrán”; Las imprecaciones, 1955; Manuel Scorza).
Finalmente hay que leer Camarada Pedro y otros cuentos subversivos para reírse y para pensar, para discutir, para derrumbar el muro de arena y chapopote que los medios, la iglesia, la escuela y la familia han formado alrededor de nuestra percepción.

*Lectura de presentación de Camarada Pedro y otros cuentos subversivos en la Pulquería La Burra Blanca, sábado 21 de enero de 2023.



 

2 comentarios:

  1. Ramón Ojeda no nada más es un extraordinario escritor, su calidad de ser humano hace eco en cada una de sus obras, es un hombre culto, sencillo, amable, sensible que sabe comunicar y tocar perfectamente cualquier estado de ánimo, la palabra en su mente y después escrita en papel es una reflexión para esta sociedad ávida de seguir los caminos correctos, congruentes que marca la moral, la ética, la sociedad y los principios más elementales. Ramón ha logrado ser un gran escritor, un gran Esposo, Padre, amigo de quienes le ofrecemos nuestra confidencia y amistad, una delicia siempre saber de él, de sus obras, de sus sueños y logros. Enhorabuena con los proyectos que sigan. Raúl Paz

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  2. Don Ramón es una persona sabia por naturaleza, además del conocimiento que ha ido adquiriendo a lo largo de la vida. Es una persona que admiro y con la cual me siento en confianza de poder platicar y sobre todo de escucharlo.

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