domingo, 6 de diciembre de 2009

Intercambio Navideño

Porque soy la palabra inconclusa, la frase que no alcanza su sentido, los tres puntos suspensivos y el silencio.

Hace mucho perdí mi sombra en una calle que va a ninguna parte (siempre me gustaron más los callejones que las avenidas).

Aunque a mis espaldas me digan inepto, lambiscón y borrego, tú puedes llamarme licenciado.

Porque mi corazón es una lata vacía de sorpresas.


Mi fidelidad de reloj checador me mantiene de nueve a seis y de lunes a viernes firmemente unido al escritorio.

Me enternece la llegada de la quincena y me excita el contoneo de los bonos y las compensaciones.

Y si me llaman perro, le muevo mi colita al aguinaldo.

Porque mi corazón es una lata vacía de sorpresas.

En un sueño vi al Maestro de barba larga y túnica blanca. Me dijo que la vida nos desengaña a todos. Y desde entonces mi alma aprendió a dar las nalgas.

Aspiro a ser por fin una estadística que encuentre su significado en un informe.

Así que por todo esto y lo demás, ya puedes regalarme una corbata en Navidad.

1 comentario:

  1. Eres un gran escritor, cabrón. Siento un gran orgullo ser tu seguidor. Gracias por estos regalos tan grandes. Un fuerte abrazo.

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