Cuando buscas las llaves, no las encuentras; pero cuando ya no quieres entrar, las puertas se abren solas.
No existe amigo tan pequeño que no te pueda hacer un gran favor.
Es más fácil abrir tus piernas que tu corazón.
El fracaso es el pulso de la vida misma; el éxito sólo un fantasma que se desvanece con la luz.
En el mundo de las apariencias el dinero es el único lenguaje.
Si el placer nos eleva y hace que rebasemos nuestros límites mentales y corporales; el dolor nos los hace patentes, concretos, presentes, nos devuelve a nuestra humanidad más vulnerable, a nuestra condición más frágil.
La escritura piensa por mí.
Ella arma sus argumentos, descubre sus evidencias y saca sus conclusiones.
Yo solamente firmo como testigo de su obra.
*imágenes y palabras de Jorge Arturo Borja
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