lunes, 29 de octubre de 2012

Mesa de Novedades 1


En este espacio se comentan brevemente los libros de reciente aparición en librerías de la Ciudad de México.

La editorial Grijalbo acaba de lanzar al mercado el último libro de Miguel Ángel Granados Chapa: Buendía, el primer asesinato de la narcopolítica en México.

Escrito por un clásico del periodismo mexicano fallecido apenas el año pasado, aborda de manera bien documentada la trayectoria y la muerte de otro clásico del periodismo mexicano: Manuel Buendía.


En 286 páginas, se narra amena y ágilmente una vida dedicada al quehacer periodístico. Comenzando por el día de su muerte, y con un arranque de thriller, se hace un recorrido por los orígenes y la formación de uno de los más célebres reporteros y columnistas de la prensa mexicana. Su paso por las redacciones, su trabajo como funcionario público y como docente universitario, así como la enorme influencia que su columna “Red Privada” llegó a tener en la sociedad mexicana de los años setenta y ochenta. 

Las investigaciones sobre la CIA en México, la corrupción en Pemex, el cacicazgo de Rubén Figueroa y el narcotráfico, entre otras, convirtieron a Manuel Buendía en el columnista más leído del país, pero también en uno de los periodistas más expuestos a la venganza de los poderosos.

Se habla de la perversa relación entre políticos y periodistas y, cómo ocurre muy a menudo en nuestro país, de quienes desde los medios de comunicación defienden los particulares intereses de la clase política. Así mismo se documenta la penetración del narcotráfico en la esfera gubernamental durante el sexenio de Miguel de la Madrid, lo que vuelve comprensible, a ojos del lector, que México haya acabado convirtiéndose en un narcoestado.

En este libro también se demuestra uno de los mayores defectos nacionales, la inquina nacional que impide el sano desarrollo de los mexicanos más talentosos. En este país ser honesto y destacar en alguna actividad es un pecado imperdonable. Se puede ser deshonesto y destacar o ser honesto pero oscuro y jodido (ya lo dice el dicho “el que no tranza no avanza”). Sin embargo triunfar y ser honesto es una combinación casi imposible en una sociedad tan corrompida.

El último capítulo se sumerge en los entresuelos de la política para revelar la manera en que José Antonio Zorrilla Pérez, jefe de la Dirección Federal de Seguridad de aquel sexenio, planeó y ejecutó la muerte de Manuel Buendía. Crimen que, por cierto, fue aclarado gracias a la presión del gremio periodístico (en donde Granados Chapa fue una presencia fundamental por medio de sus columnas) y a la singular coyuntura que se originó con el asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA, por órdenes de Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Amador, conocidos narcotraficantes y clientes del señor Zorrilla.

Al final vienen como apéndices algunas columnas de la famosa “Plaza Pública”, de Granados Chapa, en la que basado en argumentos jurídicos se impugna la preliberación del siniestro Zorrilla Pérez. Desafortunadamente Granados Chapa murió antes de ver concluido este libro que, con una investigación acuciosa y un acabado estilo, hace patente la admiración y el cariño que sólo un discípulo y compañero de distintas batallas puede sentir por su semejante.

La lectura de este texto deja en el aire una triste interrogante. Aunque el panorama político ha empeorado con la irrupción del narco y la evidente pauperización de la mayoría de la sociedad mexicana, los actores políticos siguen siendo los mismos que condujeron al desastre. Manuel Bartlett, que en aquel entonces fue Secretario de Gobernación y jefe del mencionado Zorrilla, a pesar de las sospechas por el asesinato de Buendía, ahora despacha como senador por el Partido del Trabajo.  ¿Es posible esperar algún cambio en la política con los mismos personajes de siempre? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario