se fue gestando en mi costado,
la luz que muy adentro amanecía.
El verbo que el misterio
conjugó con el sueño,
memoria gris de mi esqueleto.
Tu nombre simplemente
desnudo y solo.
Peregrino del yunque del oído
errante caracol entre los ecos
recorre su camino en mi hemisferio.
Va en busca de la voz
que lo haga cuerpo.
Tu nombre de pies descalzos
y sangre viva.
Ceniza de la noche
relámpago de lluvia
trueno y espuma.
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